Declaración final del Presidente del Grupo de Negociación de la NDFP, Fidel Agcaoili

25 de enero de 2017

Queridos compatriotas en los Grupos de Negociación y Delegaciones del Gobierno de la República de Filipinas y en el Frente Democrático Nacional de Filipinas, Su Excelencia la Embajadora Elisabeth Slattum, enviada especial al proceso de paz y su equipo de facilitadores más estimado, estimados invitados, buenas tardes.

Hoy aclamamos la conclusión exitosa de la tercera ronda de negociaciones de paz. Hemos revisado y discutido la implementación completa del CARHRIHL, el primer acuerdo en los cuatro temas del programa sustantivo. Hemos iniciado con empeño el arduo trabajo de conciliar el borrador de los dos partidos del acuerdo completo sobre las reformas socioeconómicas, así como el borrador provisional del acuerdo sobre las reformas políticas y constitucionales. Hemos firmado un acuerdo para complementar las Reglas Operacionales para el Comité Colectivo de Monitorear (JMC) de junio de 2004 y las reglas básicas para la realización de las reuniones formales entre el SER-RWC del GRP y el NDFP que esperamos que facilitara la redacción De la CASER para cumplir con el plazo establecido este año.

Hay bases para avanzar en las negociaciones de paz.

Hay, sin embargo, cuestiones pendientes que todavía no se han resuelto.

Aun cuando los dos grupos negociaban, se informaron sobre el asesinato extrajudicial de un campesino y un líder de Lumad, la muerte de un combatiente rojo del NPA en un tiroteo iniciado por la AFP en violación de su propio alto el fuego y la detención de un sospechoso guerrillero de NPA que fue acusado de violar un decreto de la era de la ley marcial aún no declarado. La continua militarización del campo debe terminar. La gente ha estado exigiendo la retirada de las fuerzas militares y paramilitares del PRFV de sus áreas. Consideran que el NPA es su verdadero ejército y están instando a los combatientes rojos a retirarse de su cese al fuego unilateral para que estos últimos puedan defender a las comunidades asediadas por la AFP.

Y, por supuesto, hay la enconada cuestión de la continuación del encarcelamiento de 392 presos políticos.

La no liberación de los prisioneros políticos merece un nuevo énfasis. Entre los casi 400 presos políticos están tres consultores de NDFP que deberían haber sido liberados en agosto del año pasado para permitirles participar en las negociaciones de paz. Su encarcelamiento continuo es una violación de la JASIG.

También entre los detenidos están más de cien enfermos, ancianos, ancianos y mujeres detenidas cuya liberación ha sido prometida no sólo una vez sino varias veces por el Presidente Rodrigo Duterte y miembros del panel de paz del GRP. El estrés físico y psicológico resultante de condiciones de congestión severa, falta de atención médica y alimentos inadecuados ya han afectado a 14 presos políticos que han muerto en detención, 13 bajo el régimen de Benigno Aquino III y uno bajo la actual administración.

La cuestión es aún más urgente si se considera que muchos, si no todos los detenidos políticos, han sido acusados de crímenes comunes en violación de la jurisprudencia propia del CARHRIHL y del GRP acerca de los delitos políticos.

Lo hemos dicho antes y lo decimos de nuevo. La liberación de los presos políticos no es simplemente una medida de buena voluntad por parte del GRP, ni es una condición previa. Se trata de corregir una injusticia. Es una cuestión de cumplimiento con el CARHRIHL. Es también una cuestión de confianza, de palabra de honor. La promesa dada en agosto de 2016 para asegurar la extensión indefinida del cese al fuego unilateral del movimiento revolucionario no se ha materializado hasta la fecha.

Los presos políticos han sufrido bastante. Esperamos fervientemente que la liberación y la amnistía de los presos políticos que figuran en el NDFP reciban la atención que merece en el curso de nuestras negociaciones para sentar las bases de un acuerdo de cesación del fuego más estable y acelerar el ritmo de las conversaciones de paz.

Muchas gracias.