Posición de clase contra la prostitución

Escrito por un activista con motivo del 8 de marzo y como trabajo para la lucha de las mujeres rojas.

Nota del traductor (al inglés): Venstre es un partido centrista liberal de Noruega y es concido como el «Partido de Izquierda». Rødt y SV son, respectivamente, el Partido Rojo y el Partido de Izquierda Socialista. Ambos son partidos socialdemócratas de Noruega.
Traducido al español por un colaborador de Redspark desde la traducción al inglés. Original en noruego.

Posición de clase contra la prostitución

El feminismo proletario, línea roja para la lucha femenina, combate la prostitución y el liberalismo en esta cuestión. Esta es una línea basada en el punto de vista de clase por el proletariado y para la revolución contra el sistema.

El feminismo liberal y la inclusión de las denominadas «trabajadoras sexuales»

Durante varios años, el sector juvenil del Partido de Izquierda, Jóvenes Liberales de Noruega, se unió a las reuniones del Comité del 8 de marzo en Oslo. Aquí, los liberales han servido como nunca a lo que ellos mismos llaman «feminismo liberal». La clave de esta idea es que la libertad individual es la mayor virtud, también en el feminismo. Con este pensamiento como base, han atacado al feminismo radical y a la línea del Comité del 8 de marzo por la criminalización del cliente sexual.

Para la feminista liberal, la criminalización del cliente sexual se contradice tanto con el mercado libre como con la plena libertad de hacer lo que uno desee con su propio cuerpo e incluso con el cuerpo de los demás, siempre y cuando uno pague por ello. Esto es paralelo, o directamente idéntico, a la posición liberal sobre los narcóticos.

El feminismo radical es una orientación diferente en el feminismo y es, en buena parte, la idea dominante entre el grupo femenino Ottar, así como -hasta cierto punto- en el Kvinnefronten (Frente Femenino). El feminismo radical ha sido durante mucho tiempo dominante en el movimiento femenino noruego. Por lo general, ha sido el núcleo del Comité del 8 de marzo en varias partes del país e integrado en algunos partidos, como por ejemplo, el Rødt y el SV. El feminismo radical se distingue del feminismo liberal en varios puntos.

La maoísta india Anuradha Ghandy escribió sobre estas diferentes orientaciones filosóficas dentro del feminismo y las criticó en el texto «Tendencias filosóficas en el movimiento feminista». Enlace al texto en noruego.

En el 2018, los liberales se ganaron la simpatía de otros enfocados en un liberalismo similar. Estos simpatizantes desean un feminismo que incluya a las «trabajadoras sexuales» y por tanto que se oponga al uso de la palabra «prostitución». Esto refleja una orientación de la política de identidad que claramente ha tenido lugar en los Estados Unidos durante muchos años. Cabe señalar que esta no es una posición de entre las masas, sino más bien entre intelectuales de izquierda y entornos políticos. Este pensamiento ha influido en mucha gente y también ha sido criticado por muchos, pero hoy está presente en los entornos noruegos por influencia occidental.

Feminismo proletario contra la prostitución

Un feminismo proletario, un movimiento femenino rojo, surge de una tradición distinta al feminismo liberal y al radical. Surge del marxismo. En la base de esta línea roja para la lucha femenina se encuentra la perspectiva de clase y el materialismo. Cuando alguien dice «libertad», nos hacemos la siguiente pregunta; «¿para quién?». ¿Para quién hay libertad cuando la prostitución está legalizada? Es la libertad de hombres con dinero para poder comprar el cuerpo de otro. Y es la libertad de mujeres pobres y drogadictas para venderse ellas mismas. No obstante, estas últimas ya poseen esta «libertad», ya que en Noruega solo la compra de sexo es delito, mientras que la prostituta no infringe ninguna ley. Esto, por supuesto, es positivo y penalizar la prostitución es completamente erróneo. ¿Qué clase tiene más que ganar otorgando carta blanca a proxenetas y clientes?

La libertad de comprar sexo no es en modo alguno positivo para los derechos de las mujeres. Hace más de 100 años, la posición de las mujeres en la sociedad noruega era mucho mas inferior. Las mujeres estaban más oprimidas y la prostitución y los burdeles tenían «libertad». La prostitución y la opresión de las mujeres -de las mujeres más pobres en particular- van de la mano.

La investigación sobre la prostitución ha destruido repetidamente el mito de que la prostitución es una forma segura de ganarse la vida. Está estrechamente relacionada con el trauma y el abuso sexual en la infancia, con trastornos de estrés postraumático y con multitud de consecuencias para el individuo.

Una línea de clase, una línea en solidaridad con prostitutas pobres y drogadictas es tratar de luchar por liberar a la gente de la prostitución y no por liberar a la prostitución misma. Todas las formas de ayuda y apoyo son buenas, así como la organización individual, pero no si facilita la permanencia en la prostitución o recluta a más gente para ella.

El feminismo liberal posee una perspectiva de clase pequeñoburguesa

Las feministas liberales juegan con el mito liberal sobre la autonomía del individuo y sobre el mito de la «prostituta feliz». Su ideal son las prostitutas de lujo que ganan bien y no tienen chulos. Aquellas que seleccionan su propia clientela, que pueden rechazar a aquellos con miradas amenazantes o al hombre borracho. Aquellas que conocen el nombre de sus clientes, quizás también donde viven y por tanto viven una vida completamente distinta a la de las mujeres dentro de la trata, la de las drogadictas y la de las mujeres pobres y desesperadas que no tienen más opción que la prostitución. Aún así, entendemos que la prostitución es negativa para todas quienes participan en ella, incluso para aquellas que, en términos relativos, no estén en la peor posición.

Los liberales seleccionan conscientemente a quienes están en una mejor posición -preferiblemente aquellos que son parte de la pequeña burguesía- cuando quieren dibujar una imagen de la prostituta que solo usa su propio cuerpo para beneficio propio. Como cualquier otra clase de «trabajador» o propietario único. Estas no son las prostitutas habituales. Concentrarse en ellas es típico del feminismo burgués o pequeño burgués. En su apogeo impulsará a las drogadictas, tal vez afirmando que la criminalización de los clientes las pone en mayor peligro, pero para ellos la prostituta ideal no es diferente de su trabajador ideal, es decir, aquel que no es exactamente un trabajador, sino un pequeño burgués autónomo de tipo emprendedor.

El individuo, la sociedad y la clase

Cuando decimos que se debe luchar contra la prostitución no significa que tengamos una agenda moralista. Esto no es un prefacio a un debate sobre lo que la gente debería desear o lo que no le debería gustar. Creemos, sabemos y respetamos que las personas tienen diferentes deseos y diferentes relaciones con sus propios cuerpos. Pero también creemos que la compra y venta de sexo y cuerpos influye en la ideología y en la cultura de una sociedad. Creemos que influye en la forma en que vemos los cuerpos de las mujeres al saber que podemos comprarlos. Y creemos que va de la mano con la violencia contra las mujeres. Sostenemos que la prostitución es violencia contra las mujeres. No solo mujeres individuales, sino mujeres como un grupo de personas en esta sociedad, particularmente las mujeres más pobres y sistémicamente vulnerables. El enfoque aquí está en las mujeres, pero no queremos decir que la venta de hombres jóvenes sea mucho mejor.

La prostitución no es solo una cuestión de quienes se prostituyen, sino de en qué tipo de sociedad vivimos, qué estructuras nos hacen progresar o retroceder. Creemos que la criminalización de los clientes sexuales es un paso adelante en esta cuestión. Un paso que el movimiento femenino debería defender.

La prostitución afecta a las mujeres fuera de la prostitución y con la entrada de la trata y las prostitutas de Europa del Este, Asia y África, no solo las prostitutas son estigmatizadas. Las mujeres de Tailandia sufren un acoso racista basado en prejuicios. Lo mismo con las mujeres negras, lo cual fue particularmente frecuente cuando numerosas mujeres africanas fueron prostitutas en varias ciudades noruegas (antes de la abolición del mercado sexual). La prostitución refuerza los estereotipos negativos, el acoso y la agresión sexual, también contra las mujeres que no forman parte de ella. El patriarcado y el racismo trabajan juntos contra estas mujeres.

Además, la prostitución es ante todo una cuestión de clase. De entre las mujeres más pobres del mundo, las mujeres del proletariado -y sobre todo aquellas más oprimidas, por ejemplo, por el racismo- es de donde se recluta a la mayoría de las prostitutas. La desesperación económica, las promesas de dinero rápido, drogas o simplemente por fuerza, son las razones de fondo que empujan a las mujeres a esta forma extrema de explotación. La prostitución no ayuda a estas mujeres a salir de la pobreza o la desesperación; al contrario, mantiene esos problemas y a menudo los refuerza.

Prostitución, salud y estigmatización

Las consecuencias para las prostitutas a menudo son enormes. Los estudios e investigaciones sugieren que muchas prostitutas desarrollan traumas o empeoran sus traumas preexistentes. Quienes afirman que la prostitución es solo un trabajo como cualquier otro miran hacia otro lado ante esto. Algunos afirman que es la estigmatización de la prostitución la que causa la mayoría de los problemas psicológicos, pero uno no se deshace de los estigmas mediante su legalización.

La estigmatización de las prostitutas está estrechamente ligada al patriarcado y a la sociedad de clases. Mientras vivamos en un patriarcado capitalista, las prostitutas serán estigmatizadas porque rompen con los roles de género como ser «buenas madres» y «mujeres castas». Ellas son estigmatizadas, criticadas y menospreciadas por la moralidad sexual. En especial, las prostitutas de la calle notarán que están en lo más bajo de la estructura de clase. Esta estigmatización se mantendrá, independientemente de que las leyes estén o no con la legalización. La moralidad no siguen mecánicamente la jurisprudencia. Las mujeres prostituidas fueron estigmatizadas cuando tanto clientes como proxenetas tenían carta blanca, y tal vez incluso más por entonces.

Las feministas proletarias ven a las prostitutas proletarias como nuestras hermanas. Por supuesto, no sentimos ningún tipo de aversión por las personas que venden sexo. Apoyamos todas y cada una de las batallas que dirigen por servicios de salud y otros avances. Y lucharemos contra los juicios patriarcales y moralistas. Pero allanar el camino para más prostitución no se lleva a cabo en solidaridad con las prostitutas. La única y verdadera solidaridad de clase es la lucha contra la prostitución como fenómeno y contra empujar a más mujeres a ella. El estudio y la comprensión de la realidad de las prostitutas pobres debería, sin vacilar, despertar la indignación entre todos aquellos que tengan sentido de justicia. No podemos apoyar las acciones que aunque parezcan apoyar a las prostitutas, en su naturaleza allanan el camino para una mayor prostitución a través de la legalización o medios similares. Como siempre, la burguesía y la pequeña burguesía empujan a otros frente a sí mismos para servir a sus intereses de clase. No es diferente a cuando Angelina Jolie se junta con los líderes de la OTAN por «los derechos de las mujeres».

Feminismo proletario por el poder rojo

El liberalismo, el individualismo y el posmodernismo ofrecen promesas vacías de poder. Dicen que las mujeres tendrán el poder al ser libres de hacer lo que quieran. Pero sabemos que el poder real no proviene de libertades individuales bajo el capitalismo, sino a través de fuertes comunidades y de una lucha en común. El poder real solo se puede ganar si destruimos un sistema que, en esencia, oprime y explota al proletariado. Como dijo Mao, el poder político nace del cañón de un fusil, y ​​esta visión debe tener consecuencias en cómo las mujeres se organizan para tomar el poder y liberarse. La libertad en el capitalismo es, como siempre ha sido, la libertad de los ricos para comprar lo que quieran, y para los pobres es la libertad para complacer a los ricos o dormir hambrientos bajo un puente.

El patriarcado y el capitalismo no son dos sistemas separados que vivan realidades diferentes. Estos están interconectados en un mismo sistema: un capitalismo imperialista y patriarcal. En este sistema, las mujeres -y otros grupos como las naciones oprimidas- experimentan formas particulares de opresión, además de la opresión y la explotación del proletariado. Esto crea la necesidad de una forma particular de movilización, organización y lucha. Pero la raíz de la opresión se encuentra dentro del propio sistema, de modo que una solución a este problema requiere un rechazo al sistema capitalista en sí mismo. La verdadera liberación de las mujeres exige una revolución.

Algunos hechos:

Investigadores informan que hay menos prostitutas y menos trata como resultado de la abolición del mercado sexual: https://www.dagsavisen.no/innenriks/forsker-sexkjoploven-virker-1.278389 (en noruego)

Un extracto de una tesis de maestría sobre prostitución: https://brage.bibsys.no/xmlui/bitstream/handle/11250/184230/Vesalu_Helen.pdf?sequence=1 (en noruego)

«Hasta el 96% de aquellas que ejercen la prostitución desean abandonarla, pero sienten que no pueden. Están atrapadas por el miedo. (The A21)».

«Cuando se trata de salud psicológica, no hay duda de que la situación de la vida de estas mujeres crea espacio para diferentes tipos de problemas psicológicos. Después de que las mujeres han abandonado la prostitución, se puede notar que muchas de ellas padecen trastornos de estrés postraumático y síntomas derivados. A nivel físico, a menudo tendrán dolores musculares crónicos».

«Muchos tienen la creencia extremadamente firme de que la prostitución es algo que se puede ejercer durante un corto período de tiempo y que luego se detienen para que no afecte a su salud mental. No obstante, lo que más observan los informantes que han tenido contacto directo con mujeres es que psicológicamente produce una alta tensión permanecer en la prostitución, muchas sufren problemas de sueño, problemas relacionados con la ingesta insuficiente de alimentos y un alto nivel de estrés psicológico».

«Prostituirse es un problema en sí mismo, porque reprimes tu propia personalidad y permites que otros te exploten sexual, física y psicológicamente. Los estudios muestran que las prostitutas sufren traumas similares a los de prisioneros de guerra, víctimas de violación y víctimas de tortura. La prostitución es violencia porque destruye la personalidad humana, además de colocar al individuo en los peldaños más bajos de la sociedad. (Pajumets, 2004)».

«La experiencia del autor y terapeuta Odile Poulsen es que el 90% de las mujeres que conoció dentro de la prostitución en Dinamarca habían sufrido agresión sexual antes de que empezaran y nadie se vende a sí mismo sin graves razones de fondo. (Poulsen, 2006)».

La psicóloga Audhild Sinnes escribe: Los estudios realizados en diferentes lugares del mundo relacionan seriamente la sintomatología psicológica con la trata sexual. Un estudio de Nepal mostró niveles más altos de depresión y TEPT (Trastorno de estrés postraumático) en mujeres que fueron explotadas sexualmente que en mujeres explotadas de otras maneras (Tsutsumi, Izutsu, Poudyal, Kato y Marui, 2008). Un estudio griego mostró que las mujeres que fueron abusadas en la industria del sexo padecieron de disociación, depresión, vergüenza e imagen corporal negativa con mayor frecuencia que otras mujeres que fueron víctimas de abuso (Antopoulou, 2006). Un estudio australiano revela complejas experiencias traumáticas entre mujeres prostitutas callejeras, junto con un mayor grado de TEPT que la población general (Roxburgh, Degenhardt y Copeland, 2006). Cathy Zimmerman es la principal investigadora sobre maltrato a mujeres y salud femenina. Su investigación muestra una clara relación entre la prostitución en la industria del sexo y la sintomatología psicológica y somática múltiple en alto grado (Zimmerman et al., 2003; Zimmerman et al., 2006; Hossain, Zimmerman, Abas, Light & Watts, 2010). Fuente en noruego: http://www.psykologtidsskriftet.no/index.php?seks_id=321144&a=3

Estudios en varios países revelan una relación directa entre el estrés postraumático y la prostitución (En inglés): http://news.bbc.co.uk/2/hi/health/154140.stm 

Fuente: Tjen-Folket.no