Los maoístas asoman de nuevo la cabeza, forman comités populares en Kerala

THIRUVANANTHAPURAM: Los maoístas, que estaban decayendo después del falso enfrentamiento en Nilambur, no se han rendido y vuelven a emerger rápidamente en el estado, dicen fuentes de inteligencia. Según informes, BG Krishnamoorthy, miembro del comité central de Karnataka, se ha hecho cargo de las operaciones de Kerala en lugar de Kuppusamy, alias Kuppu Devaraj, que fue asesinado en el polémico enfrentamiento en Nilambur.
El grupo ha conseguido establecer «Comités Populares Revolucionarios» (CPR) en muchas colonias en la frontera entre Kerala, Tamil Nadu y Karnataka. La formación de estos comités preocupa a las autoridades ya que se considera un indicio de creciente influencia y apoyo a los maoístas.

Los maoístas, conocidos por hacer sentir su presencia inicialmente mediante «ataques relámpago» y distribución de folletos en zonas de crecimiento potencial, solo se atreven a formar CPRs tras obtener pruebas de que el terreno es favorable. Los informes de inteligencia indican que los maoístas han tenido éxito en la formación de CPRs en media docena de colonias tribales, incluidas algunas en Attappadi. El nuevo coordinador estatal, Krishnamoorthy, ha tenido éxito al organizar en estas zonas reuniones a las que asistieron miembros del «Ejército Guerrillero de Liberación Popular». Muchos de estos lugares siguen siendo inexpugnables para las fuerzas de seguridad y las agencias gubernamentales.

Los maoístas, entretanto, han tomado contacto con la población local y se han ganado su apoyo y están buscando nuevos reclutamientos para reforzar su intensidad de campo. Las actividades del CPI (maoísta) se habían debilitado en la «Zona Sur» después de sufrir reveses tras una fuerte ofensiva conjunta e independiente por parte de las fuerzas de Karnataka, Tamil Nadu y Kerala.

El mayor revés en la historia reciente fue el enfrentamiento en Karulai, Nilambur en donde el miembro del Comité Central Kuppu Devaraj y el miembro de SZC Ajitha fueron asesinados. Los maoístas y los activistas de derechos humanos se negaron a aceptar el incidente como un efrentamiento y lo calificaron de falso. El gobierno del LDF (Left Democratic Front: Frente Democrático de Izquierda) se vio obligado a ordenar una investigación tras las críticas del CPI que dennució que su línea de acción no se ajustaba a la ideología de izquierda.

Fuente: New Indian Express