Inculcad el espíritu de la Gran Revolución Socialista de Octubre y llevad la guerra popular a la victoria

Comité Central
Partido Comunista de Filipinas
24 de octubre de 2017

El Partido Comunista de Filipinas (CPP) se une al proletariado y las masas trabajadoras de todo el mundo en la celebración del centenario de la Gran Revolución Socialista de Octubre. La importancia de esta celebración no es exagerada en medio de la continua crisis del sistema capitalista mundial. El empeoramiento de la explotación del proletariado y los pueblos oprimidos demuestra la continua validez y la necesidad urgente de emprender la revolución socialista.

Los pioneros mundiales del sistema socialista, los trabajadores rusos aliados con los campesinos, fueron inculcados con el espíritu de la lucha revolucionaria que hoy inspira nuestra resistencia contra el imperialismo y todas las formas de explotación y opresión. Los principios y lecciones cristalizados por el Partido Bolchevique bajo el Camarada V.I. Lenin sirven ahora como directrices de valor incalculable para el Partido para dirigir en Filipinas la revolución de doble etapa; la revolución de nueva democracia y la revolción socialista.

A principios del siglo 20, el sistema caitalista mundial había entrado en la etapa moribunda del capitalismo monopolista, el imperialismo. La crisis capitalista había desencadenado el desempleo generalizado, la destrucción de las fuerzas productivas y el conflicto imperialista internacional. Para cuando estalló la Primera Guerra Mundial, se había establecido el escenario para la revolución socialista.

Al aplastar la monarquía feudalista, derrocar el estado burgués y establecer la dictadura del proletariado sucesivamente, la clase obrera rusa se puso a si misma en posición de llevar a cabo una profunda reorganización de la sociedad, construír el socialismo en Rusia y servir como base consolidada a la revolución proletaria mundial.

Lenin, J.V. Stalin y los Bolcheviques, guiados por el Manifiesto Comunista y otros tratados científicos socialistas de Marx y Engels, dirigieron al proletariado y al pueblo de la Unión Soviética en la construcción del socialismo. En menos de cuatro décadas, Rusia atravesó el periodo de guerra civil y guerra contra el comunismo; la Nueva Política Económica bajo la cual se llevaron a cabo las reformas de transición de la burguesía administradas por el estado para acelerar la recuperación de la industria de los estragos de la guerra civil y ayudar a la recuperación del campesinado y, por tanto, consolidar la alianza de obreros y campesinos; seguido de varios planes consecutivos de cinco años que fomentaron la rápida industralización socialista y la colectivización y modernización agrícola desde 1928 en adelante.

Ante el comienzo de la Segunda Guerra Mundial en 1939, Stalin estableció a la Unión Soviética como el país más tecnicamente avanzado del mundo. Había superado a los principales países capitalistas en el terreno económico, social, científico y cultural, así como en términos de democracia y libertades populares. Durante la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética rechazó con éxito la invasión de la Alemania Nazi y asestó golpes estratégicos a las fuerzas fascistas internacionales dirigiéndolas al fracaso y al fin de la guerra en 1945.

Con presagio revolucionario, Lenin declaró que el imperialismo es la antesala de la revolución socialista. De hecho, la victoria de la revolución socialista en Rusia marcó una era de luchas épicas entre la burguesía, representante del viejo sistema capitalista en decadencia y el proletariado y los pueblos oprimidos, representantes del moderno sistema socialista. La Revolución de Octubre de 1917 sirvió como Iskra mundial, la chispa que hizo detonar el conflicto socialista por todo el mundo durante varias décadas de resistencia nacional y socialista contra guerras y agresiones imperialistas, sometimiento colonial y gobierno semicolonial.

La victoria de la Revolución de Octubre hizo de la Unión Soviética el núcleo de la revolución proletaria mundial. Lenin hizo un llamamiento al proletariado de los países capitalistas europeos para que tomasen el liderazgo de las revueltas espontáneas surgidas del caos y la crisis de la Primera Guerra Mundial. Al mismo tiempo, le dio particular importancia a fomentar las guerras revolucionarias nacionales en los países más atrasados. En 1919 dirigió el establecimiento de la Tercera Internacional, la Internacional Comunista (Comintern) que sirvió como núcleo para la cooperación, coordinación y liderazgo. Eso facilitó el establecimiento de Partidos Comunistas en países donde aún no se habían formado.

En menos de medio siglo desde la Revolución de Octubre, el terreno socialista se extendió y cubrió un tercio del mapa mundial. Desde Europa a las Américas cientos de millones de trabajadores y campesinos fueron liberados de la explotación y de la opresión nacional y de clase. China, el país más poblado, en conjunto con la Unión Soviética, serían bastiones de la revolución proletaria mundial.

El surgimiento y aumento del revisionismo moderno -la nueva ideología burguesa escondida tras una cortina de retórica socialista- dio como resultado; en la Unión Soviética, grandes retrocesos y el retorno al capitalismo desde finales de la década de los 50 dirigiéndose a un gobierno abiertamente burgués en 1991; y en China desde finales de la década de los 70 dando resultado a un chauvinismo social absoluto y el establecimiento del capitalismo monopolista. Sin embargo, estos retrocesos no niegan las victorias conseguidas por el socialismo. De hecho, las condiciones de explotación y opresión bajo las que se encuentran los obreros y campesinos son, nuevamente, resultado de la restauración capitalista, acentuando la contínua validez y necesidad de llevar a cabo la revolución socialista.

Con motivo del centenario de la Gran Revolución Socialista de Octubre, es esencial para el proletariado aferrarse a la teoría de la revolución prolongada bajo la dictadura del proletariado para luchar contra la degeneración ideológica del revisionismo moderno y evitar la restauración capitalista. Mao Zedong entendió perfectamente la afirmación de Marx de que el socialismo representa toda una época histórica de contínua lucha de clases y desarrolló la teoría de Lenin de la dictadura del proletariado, puntualizando la necesidad de llevar a cabo campañas de rectificación socialista y revoluciones culturales para evitar que la burguesía obtenga un punto de apoyo dentro del sistema socialista y le arrebate el poder político al proletariado.

Armados con esta teoría, podemos comprender completamente el significado de la revolucion socialista y la contrarrevolución burguesa en el siglo pasado y como el proletariado ha recorrido un argo camino histórico desde la Comuna de París de 1871. Con la teoría de la revolución prolongada de Mao, la determinación revolucionaria del proletariado nunca decaerá en su resistencia contra el imperialismo y contra todas las formas de explotación, opresión, fascismo y gobiernos reaccionarios; su entusiasmo socialista y su optimismo permanecerán siempre altos al tiempo que lograrán mayores victorias en el futuro.

A pesar de las diferencias en forma e intensidad, la actual crisis capitalista mundial prolongada proviene basicamente de las mismas condiciones de sobreproducción capitalista, la cual impide la producción capitalista y la amplia reproducción. Tles condiciones impulsan a los monopolios capitalistas a intensificar el saqueo imperialista. Desde hace ahora más de cincuenta años, los imperialistas han impuesto un régimen de política neoliberal por todo el mundo con el objeto de intensificar la explotación de la case trabajadora y la acumulación de beneficios.

Desde la década de los 70, el pueblo filipino ha estado sometido al asalto despiadado de políticas neoliberales. Esto ha dado como resultado un empeoramiento de la crisis y retroceso económico, ha intensificado las formas de explotación y opresión y ha generalizado; la falta de tierras; el desempleo; la contractualización (trabajo temporal con sueldo inferior) y otras formas de empleo «flexible»; la creciente pobreza y las graves desigualdades sociales. Los Estados Unidos imperialistas continúan ejerciendo la hegemonía y llevando a cabo intervenciones militares y políticas. Planean su presencia militar en aguas de Filipinas y en cualquier lugar donde haya ocasión de observar o conribuir a un conflicto.

El proletariado filipino y mundial celebran el centenario de la Gran Revolución Socialista de Octubre en medio de la grave crisis mundial. Que mejor forma de marcar esta hazaña histórica que inclulcándose de su espíritu y optimismo revolucionario para alimentar su determinación que haga avanzar estrategicamene la revolución proletaria y las luchas de liberación nacional en medio del declive imperialista. El proletariado mundial vaticina una próxima nueva era de renacimiento y resurgimiento socialista.

El proletariado filipino nos recuerda cómo hicieron uso del Marxismo-Leninismo-Maoísmo en repulsa al revisionismo moderno y cómo restablecieron el Partido el 26 de diciembre de 1968 sobre una firme base teórica y dirigiendo la revolución basándose en las condiciones concretas de la sociedad filipina. El dicho leninista, «Sin teoría revolucionaria no puede haber revolución», está sin duda demostrado por cómo el Partido, inculcado de Marxismo-Leninismo-Maoísmo, ha liderado al pueblo filipino de una victoria a otra en la guerra popular prolongada. Ha llevado a cabo movimientos de rectificación para rechazar el revisionismo moderno, fortalecer su comprensión de la teoría revolucionaria y fortalecer su determinación hacia la revolución.

Estamos en la era del imperialismo, del capitalismo moribundo, tal como lo declaró Lenin. En la actualidad se encuentra dominado por una crisis mundial prolongada. En medio del exceso de producción, el proletariado y el pueblo sufren de bajos salarios, hambrunas y falta de necesidades básicas. Los principales núcleos mundiales del capitalismo están invariablemente inflingidos de desaceleración económica, estancamiento y recesiones en medio de una, cada vez más grave, crisis de sobreproducción. El mundo multipolar imperialista está marcado por el aumento del gasto militar, el frenético despliegue estratégico de las fuerzas militares por todo el mundo y las guerras entre poderes. Las contradicciones imperialistas internacionales entre los viejos y los emergentes poderes imperialistas continúan en aumento.

Los Estados Unidos y otros países imperialistas están siendo dirigidos por regímenes cada vez más jingoístas que amenazan con desencadenar guerras de destrucción generalizada. El loco de la colina en Capitol Hill estudia planes para la destrucción del mundo, mientras su secuaz, el loco de las bombas de Malacañang, planea aferrarse al poder a toda costa enfrentándose al incremento de su aislamiento del pueblo filipino. Corean improperios al ritmo de bombas aéreas y misiles, mientras cantan alabanzas al neoliberalismo, al fascismo, al racismo, al genocidio, al etnocidio y a la misoginia.

Durante el año pasado, el movimiento revolucionario ha resistido contra la represión de la guerra total del régimen de Estados Unidos y Duterte. El Partido se ha fortalecido a si mismo de forma ideológica, política y organizativa y empuña al Nuevo Ejército Popular y al Frente Unido como sus principales armas de cara a la revolución de dos etapas. El movimiento democrático nacional de masas y la lucha armada revolucionaria continúan avanzando de forma sólida.

A pesar de las masivas y despiadadas campañas militares por tropas operativas con batallones y divisiones mediante ataques aéreos de ametrallamiento, artillería y bombardeo, el ejército popular y las masas revolucionarias se han mantenido en su sitio, se han ajustado a nuevos métodos, han aprendido lecciones y han fortalecido sus fuerzas durante el proceso. Comandos del Nuevo Ejército Popular a varios niveles, han respondido a la llamada de lanzar ofensivas tácticas, han ampliado y recuperado rapidamente frentes guerrilleros e incrementado sus miembros, formaciones y capacidad de lucha del ejército popular.

Para emprender la revolución, el Partido y todas las fuerzas revolucionarias se inspiran en las actuales luchas y victorias del pueblo filipino así como por aquellos revolucionarios de Octubre de hace un siglo y por la resistencia revolucionaria mundial proletaria que le siguió. Todos los cuadros y miembros del Partido están decididos a profundizar aun más y avanzar en su estudio de la teoría y práctica del Marxismo-Leninismo-Maoísmo y enriquecer estos con las lecciones de la revolución filipina.

¡Viva la Gran Revolución Socialista de Octubre!
¡Alzad en alto la bandera del Marxismo-Leninismo-Maoísmo!
¡Viva el Partido Comunista de Filipinas!
¡Avante la revolución socialista y la revolución democrática nacional del pueblo filipino!
¡Muerte al imperialismo!
¡Avante la revolución socialista por todo el mundo!
¡Viva el internacionalismo proletario!

Fuente: https://www.philippinerevolution.info/statements/20171024-imbibe-the-spirit-of-the-great-october-socialist-revolution-and-carry-forward-the-peoples-w